En lo referido a la decoración no hay límites ni normas escritas, de manera que cualquiera puede aventurarse a sorprender a los visitantes con objetos como por ejemplo unos tapetes personalizados colocados de forma estratégica por toda la casa. Nadie se espera encontrarse con, por ejemplo, una foto de la boda de los novios en medio de un tapete, de manera que todo aquel que esté buscando añadir un toque especial a su hogar ha de considerar esta opción como la más interesante de todas las que se le puedan pasar por la cabeza.
Pero tampoco hay que olvidar la verdadera función y el verdadero uso de los tapetes, que no es más que proteger el suelo de la suciedad que puedan traer los invitados en sus zapatillas –especialmente en los días de lluvia en los que se forma barro por las calles y ese barro al final acaba entrando en casa con todos los problemas de limpieza que ello genera-. Cambiar todo el suelo de una casa puede ser muy caro, de forma que cuidarlo en todo momento es la base de una casa bien mantenida en la que uno puede disfrutar de instalaciones de calidad bien cuidadas.
El límite a la hora de personalizar un tapete está en la imaginación, así que cualquier ocasión es buena para encargar un par de tapetes de este tipo para ver en primera persona lo bien que quedan en casa y lo baratos que resultan en comparación a unos tapetes normales y corrientes.